Mañana me quedo aquí, en esta misteriosa ciudad -cuyo nombre me rehuso a revelar- porque tengo chamba acumulada, y, además, no quiero gastar el dinero que con tanta sangre, sudor, y lágrimas, he podido generar, en una Lima cada vez más cara. También quería disfrutar del solaz de mi departamento, claro está, previa limpieza a fondo (está hecho un chiquero dada mi abrumadora cantidad de trabajo). Pero Mamá ha llamado y me dice que quiere pasar el fin de semana aquí.
Por ella, no tengo problema. Que venga nomás, aparte que nos divertimos juntas con sus amigas de por estos lares.
El problema es que viene con Al Bundy. Esa lonchera que (el hartazgo no es suficiente para el desprendimiento o para ser tajante), lleva hace más de 25 años. Viene con Al Bundy. O sea, el ansiado descanso, que iba a tener en mi departamento este fin de semana, ha quedado suspendido.
Al Bundy es lacra por naturaleza. Y tiene fases. Ahora, se las da de "defensor" de los intereses de los padres. No es mi padre, pero esa encarnizada y reciente defensa, es más bien un pretexto para algo que sí es permanente en el: las ganas de joder. Está prendado de mi magro sueldo, y su orillero discursete tonto de "tu madre te ha pagado la universidad-dale plata" me tiene intoxicada.
Después de haberme hecho la vida imposible durante todo este torturador tiempo (al punto que le debería pedir una indemnización por daño moral), no contento con haberse comportado como el peor de los padrastros, mañana arribará con el deseo de seguir jodiendo y repitiendo sus patéticas monsergas. A mi madre, dicho sea de paso, no le importa mucho. Pero me jode que, por comodona (prefiere que Al Bundy haga de chofer de turno, aguantándolo, y no gastar el poco dinero que representa venirse en un ómnibus interprovincial a esta mi humilde morada), me chante a este "eructador" profesional que, al final, pretende, ridículamente, que le pague desayunos y lonches en los que está presente mi madre, usufructuando su presencia (el que más pide, cual si fuera niñito caprichoso, es él), entre otras gollerías.
Mañana, el Bundy Drácula vendrá a por mi sueldo, a por mi tranquilidad, a por mi esfuerzo. Haré todo lo posible para que no venza.
Recen por que la sangroneada no sea hemorrágica, s'il vous plait.
viernes, 1 de junio de 2007
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