miércoles, 7 de noviembre de 2007

Enrevesada

Debería celebrar el querer. Sacar un par de copas, una botella de vino, deleitarme en el suave choque de dos vidrios frágiles, pero que no se rompen. Y aquí me tienes, enrevesada, de nuevo frente al teclado pariendo monstruos informes, asfixiada por las ganas insatisfechas de excelencia, atosigada por mi liberadora ambición. Debería celebrar el querer. Debería desengancharme. Debería tener dos duros más para conversarlo. Gracias Internet por ser el adecuado sucedáneo.

Quiero calma. Quiero mi alma de vuelta. Quiero quererla con mi alma al costado, o con mi alma adentro, aunque la quiero con el alma. Quiero partirme el plexo con un cuchillo, imaginario porque no quiero irme del mundo sin haber completado los puntos de mi lista. Quiero dormirme en un colchón alado, al lado de ella. Quiero taparle el hocico a la vociferante perturbación, quiero cortarle las manos a la mental masturbación.

Quiero dejar de ser una fóbica. Quiero dejar de ser una fobofóbica. Quiero empezar a hacer cosas útiles right now, porque soy ambiciosa. ¿Lo habrán notado mis 0 lectores, a partir de la compulsión por el quiero?.

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